22 Jul La Semana Santa como modelo de gestión de la sociedad empresarial
La Semana Santa nos deja algunas claves que nos pueden reforzar la calidad en la gestión de personas en nuestras organizaciones.
¿Nunca habéis reflexionado sobre el “porque” la sede de la Iglesia está en el centro de Roma? ¿No llama la atención que el Hombre-Dios, maltratado y sacrificado por romanos en una colonia llamada Galilea, ¿ponga el centro de su organización en el corazón de quien no hizo nada para salvar a un Hombre inocente y bueno? Sin duda, es una metáfora de enorme impacto.
Con todo el respeto y sumándome sin complejos a la significación de la Transcendencia para el Hombre de estos días, voy a relacionar lo que la Semana Santa representa en nuestras calles y corazones, con la gestión de nuestras empresas. Lo comento, porque no quiero, ni por asomo, entrar el terreno de lo irreverente.
Identifico tres puntos de transformación de enorme fuerza:
1. Una visión común y compartida
Sin duda, una característica es la cohesión de mensajes, percepciones y comportamientos que se dan en esta semana.
La visión uniforme y convergente no es sencilla, hablamos del entendimiento de los acontecido en unos días, los últimos días de la vida de Jesús, y su relación con los valores que rigen le vida de los cristianos y nos unen como Hermanos.

Jesucristo no se caracteriza por hacer ver lo visible y hacerte tocar lo tangible. Es un líder que te posiciona en el futuro, en lo que llegarás a alcanzar, y se pone como ejemplo real de cómo conseguirlo.
Pero a su vez, trabaja en el corto plazo la operativa que construye el camino, o lo destruye, hacia ese futuro deseado.
Es decir, pasamos desde enfrentarse a la plebe que va a apedrear a una mujer y detener tal ejecución, a elevar el discurso con “el que no tenga pecado que tire la primera piedra…”. Y poniendo un comportamiento perenne en el corazón de cada “empleado”.
2. Gestionar personas con foco en el compromiso como motor de la transformación
Jesús y los pasos de Semana Santa lo muestran continuamente, consiguen que las personas se adhieran a su “propuesta o reto”, a sabiendas de que no es un camino fácil, pero la pasión que se pone en la contribución, el conocimiento profundo del propósito, la confianza que el “líder” genera, es un motor que no funciona con un “combustible” convencional, funciona con uno que no se consume fácilmente. El Amor por la tarea y lo que ésta significa.

El compromiso debe tener, para ser gestionado proactivamente componentes:
- Responde a un contexto y una situación determinada, pero a su vez, debe permitir adaptarse a cambios que aparezcan durante el devenir de las acciones que lo impulsarán.
- Hay unos valores que conforman la cultura de la organización que se convierte en la piedra angular sobre la que la organización construye su modelo de compromiso. Son inmutables, permanentes y de obligado cumplimiento pues conforman la marca de Jesucristo y lo que Él representa.
- Requiere identificar unos líderes que son fiel reflejo del líder. En nuestro caso, los Apóstoles.
- Su fuerza principal de difusión recae en los equipos. Los equipos son colaborativos y movilizan a seguidores hacia ese fin común con valores compartidos.
- Por último, las acciones. La Semana Santa muestra la acción continuada de millones de fieles y la Curia que impulsan en el día a día la puesta en práctica de las creencias. Crees por los hechos.
3. La Resurrección
¡¡Qué enorme mensaje!! Podemos “morir” por nuestros actos, pero la Semana Santa vive su momento álgido cuando a través de la alegría de correr los pasos del Encuentro, Jesús nos recuerda que nos da exactamente lo que Él tiene, la nueva vida, la nueva oportunidad.
Nuestras organizaciones, nuestros directivos, están, estamos sujetos a enormes “tentaciones” continuamente: la pereza del trabajo, el no dar todo lo que podríamos en nuestra actividad, en no ayudar a un compañero porque nos cae mal, por no hablar de cosas peores: robar, acosar, falsificar, corromper, incluso asesinar por poder, por dinero,… Pero, podemos recomponernos, podemos con el perdón y el arrepentimiento, resurgir, resucitar de nuestras cenizas.
Por todo ello, como conclusión:
- Inspira
- Compromete
- Perdona el error y recompone
Un saludo, Waickers!!!
Luis F. Rodríguez
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