El asesino era el referenciador…

Como si de una novela se tratase, quería compartir con vosotros una realidad que me ha hecho pensar mucho estos días… en el siguiente blog hablaremos sobre cómo el asesino era el referenciador.

Eran las siete y media de la mañana, desayunaba en mi hotel con un buen amigo, empresario de éxito y hombre cabal a la vez que valiente, y reflexionando sobre un grave problema empresarial, me dijo….:

“Luis, ¿Qué le dirías a quiénes me referenciaron de forma excelente al Director General que he tenido que despedir un año después de ficharle en un magnífico Head Hunter y que era un bluf?.

Y continuaba…., sus referencias han estado a punto de “asesinar” a mi empresa y poner en un enorme riesgo a mis 1.000 empleados…”

Sin duda, cuando necesitamos a un profesional, es una maravillosa oportunidad, pero a la vez, un enorme riesgo, y ambos aumentan conforme más responsabilidad tiene la posición que necesitamos cubrir.

Un factor que utilizamos para minimizar los riesgos es buscar referencias del profesional que queremos contratar. Para ello, pedimos referencias al candidato y las buscamos entre profesionales que estén en las empresas donde éste ha trabajado.

Pero aquí viene la reflexión: ¿Cuántas referencias buenas respecto a malas has recibido de profesionales sobre los que has preguntado? (Esta pregunta la hicimos poniendo el foco en la búsqueda de directivos y/o altos directivos).

En Watch&Act hemos preguntado a 35 directivos amigos y, ya sé que no es científico, pero el 91% (32 de 35) nos dijeron que la mayoría de las referencias son buenas. E hicimos a esos 32 la siguiente pregunta…: ¿Cuántos han sido un fiasco?

La respuesta fue que el 34% fueron un fiasco (11 de 32). Es decir, 1 de cada 3 no funcionaron a pesar de tener un informe con buenas referencias de sus jefes en empresas anteriores, el asesino era el referenciador.

Ahora supongamos que esas 11 empresas, tienen 1.000 empleados, y ese fiasco lleva a la empresa a tener que reducir un 20% de su plantilla, es decir, 2.200 familias se quedan sin trabajo porque el referenciador:

  • No ha dado importancia al proceso de referencia y le resulta más fácil decir que “es bueno”, para “no hacer daño”, encima que no era muy bueno (una forma educada de decir que era un maula…).
  • Engaña a sabiendas que nos mete un gol, y así daña a una empresa de la competencia.
  • Él mismo es un maula y no tiene capacidad para dar feedback de algo que a él mismo le supera.

De ahí el símil que este excelente hombre ponía sobre la mesa de aquel desayuno, que indujo en mí una reflexión que no pienso olvidar. Pues, es un consejo de enorme importancia que espero les sirva para tomar en consideración si nos toca hacer de referenciadores o si pedimos referencias, el asesino era el referenciador.

No se dejen “asesinar” por alguien que no pensaba matar…..

Luis F. Rodríguez

CEO

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