05 Ago La protección de datos: la mayor preocupación de las empresas
La ciberdelicuencia también es una pandemia particular. Si ya era una preocupación bastante latente hace unos años, tras el cambio de vida profesional y social en 2020, la necesidad de resistencia ante estos ataques y la protección de datos está más presente que nunca.
Los ciberataques aumentaron un 40% en nuestro país en el primer trimestre de 2020 según IBM X-Force IRIS. Una cifra que se incrementó pues la situación de vulnerabilidad en la que nos encontramos ha dado alas a los hackers no éticos.
La protección de datos es un reto esencial
La enseñanza que nos dejó 2020 fue que en 2021 no debemos relajarnos y tenemos que mantener la alerta ante posibles amenazas que puedan entrar a través de nuestros ordenadores o smartphones. Las organizaciones y los usuarios son el principal blanco de estos ciberatacantes que solo pretenden apropiarse de datos personales y de información confidencial.
Ahora mismo nos encontramos ante una lógica aplastante. Al tener una mayor dependencia de sistemas informáticos y al estar en compañía 24/7 de las nuevas tecnologías, las posibilidades de vulnerabilidad ante este tipo de ataques es mayor.
El phishing y el ransomware las principales amenazas de la protección de datos
Los ataques más comunes ya los hemos recogido anteriormente en este blog. Podemos destacar el phishing, que no es más que la suplantación de identidad empresarial o personal. Otro muy común es el ransomware que consiste en que un tipo de software malicioso impide a los usuarios acceder a sus archivos y exige el pago de un rescate como si se tratase de un secuestro.
Es complicado no caer en este tipo de amenzas ya que seguimos generando contraseñas fáciles de averiguar o incluso descargamos o clicamos en numerosos mensajes que nos llegan diariamente.

La protección de datos depende de cómo la empresa ‘se conoce’
Las empresas tienen que saber dónde están sus puntos débiles en ciberseguridad y actuar en consecuencia. En este tiempo en el que el teletrabajo ha ganado mucho músculo como rutina profesional, no hay que olvidar que las medidas de ciberseguridad deben ser las mismas que en la oficina.
De este modo, la red wifi y el VPN tienen que ser seguros y los empleados deben usar los dispositivos propios de la organización, así como todas las herramientas y soluciones que hayan pasado por un proceso de calidad.
También es bastante necesario que dentro de cada compañía exista una normativa y unos protocolos que aclaren cuáles son los usos correctos de la información, los datos y las herramientas que se usan para la circulación de los mismos.
El objetivo del año: mejorar las soluciones de protección
En definitiva, el reto de las organizaciones de este año es invertir esfuerzos en las mejoras de ciberseguridad. Accenture aportaba recientemente unos datos que podrían mejorarse: una empresa puede tardar hasta 63 días en atajar un código malicioso y aproximadamente 30 días en solventar un ataque de phishing.
Tras este año de una transformación digital acelerada, las organizaciones deben pararse a plantear la necesidad de una mayor inversión en ciberseguridad ya que sin las condiciones de resistencia óptimas, todo lo ganado en efectividad y productividad no se verá totalmente reflejado.
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